Comienza la época del frío y generalmente nuestra piel comienza a tener más resequedad debido a las bajas temperaturas, realmente todo el año nuestra piel sufre a causa de la contaminación, de la exposición al sol, al tabaco y el alcohol. Estos factores son provoca la falta de vitaminas y minerales, lo que causa la aparición de arrugas, flacidez y manchas.
El frío hace que los capilares se contraigan, lo que disminuye la irrigación y hace que la piel reciba menos oxígeno y nutrientes, se acumulen células muertas y por todo ello la piel absorba peor cualquier producto.
La piel necesita de un cuidado diario para que no sólo esté bella y saludable sino que esté hidratada, es por eso que es muy importante que tenga el agua necesaria mediante una alimentación balanceada y con la aplicación de productos que sean los adecuados para tu tipo de piel.
La buena rutina de hidratación comienza desde la limpieza de la cara, es importante que hidratemos muy bien la piel con el fin de preservar sus prioridades naturales. Una correcta hidratación refresca y relaja el rostro, aportándole toda el agua que necesita para lucir saludable.
A la hora de hidratar la piel es importante tener en cuenta que esto se puede hacer de dos maneras : la primera es desde el exterior, gracias al uso de cremas hidratantes , las cuales aportan la combinación necesaria para mantener la piel joven, suave y luminosa. La segunda forma de hidratarla es adoptando el hábito de beber más de ocho vasos de agua al día, ya que el agua es el elemento principal de la hidratación.
Los mejores momentos para hidratar la piel son en la mañana, antes de iniciar la rutina diaria y al final del día, después de haber eliminado los restos del maquillaje, logrando que el rostro descanse para el día siguiente; adicionalmente los baños en aguas termales, saunas y baños de vapor ayudan a mejorar el nivel de hidratación de la piel.