Muchas veces lo que necesitamos no es una dieta para bajar de peso o vernos más saludables, simplemente es cuestión de aprender a elegir. Nuestra alimentación debe estar basada en carbohidratos, proteínas, lípidos, vitaminas, minerales y agua, lo que nos pasa muchas veces que es no cubrimos lo que nuestro cuerpo requiere de cada uno o al contrario comemos demás de algunos de estos.
Los carbohidratos son “la gasolina de nuestro cuerpo”, estos se deben consumir en la dieta con un porcentaje del 55 al 60% pero de estos los encontramos divididos en 2 grupos:
1. Los carbohidratos simples en su mayoría alimentos que su principal compuesto es azúcar por ejemplo dulces, gomitas y en muchos casos pan dulce elaborado con harinas refinadas.. El problema que causa consumirlos en exceso es que nuestro nivel de glucosa en la sangre aumenta rápidamente y la insulina tiene que actuar para bajar este nivel, después ya que el nivel de glucosa ya ha sido bajado, se siente la necesidad de consumir más de este tipo de carbohidratos, se convierte en un ciclo vicioso difícil de romper. Esto causa que los azúcares restantes se depositen en el tejido adiposo formando lo que llamamos “lonjas”.
2. Por otra parte tenemos a los carbohidratos complejos se encuentran en miles de alimentos de origen vegetal: el brócoli, calabazas, en leguminosas como el frijol, garbanzos, en cereales: arroz, trigo, avena, amaranto, maíz y también el tubérculos como la papa o camote. Los carbohidratos complejos son más difíciles de digerir por el cuerpo y convertirlos en glucosa, así mantendremos nuestro nivel de insulina y estaremos recibiendo nuestro suministro de glucosa poco a poco como debe de ser.
Evitemos comer ciertos alimentos que no nos dan un aporte nutritivo como las frituras y aprendamos a elegir al momento de comer carbohidratos.
No se trata de eliminar algún alimento simplemente aprendamos a comerlo con medida.
